Adéntrate en el fascinante mundo de la gastronomía italiana.


Te invitamos a descubrir la historia de la salsa, los secretos del aceite de oliva y a Turín, la capital italiana del chocolate.


Aceite de Oliva: El oro de Italia


Entre las excelencias alimenticias italianas destaca el aceite de oliva, producto fundamental de la dieta mediterránea. Se produce en todo el territorio italiano, aunque principalmente en Apulia, Calabria y Toscana.


El aceite de oliva italiano se produce en invierno, aunque los tiempos y el modo de recolección de la aceituna varía de región a región, según la tipología del árbol, de la aceituna y de la geomorfología del suelo.


La más prestigiosa es extra virgen, es decir que es un aceite que deriva de la primera vez que se exprime la aceituna y que por ello conserva todos sus micronutrientes. Es imposible obtenerla si el producto no ha pasado previamente por una serie de rigurosos controles de calidad.


¿Cómo reconocer un buen aceite? Un buen aceite de oliva se reconoce por su sabor. Su color puede variar del amarillo pálido al verde dependiendo de los tiempos de recogida de la aceituna. Un aceite derivado de aceitunas muy maduras tendrá un sabor delicado, mientras que el que proviene de aceitunas verdes tendrá un sabor más intenso.

La auténtica salsa de tomate italiana


Cuando hablan de tomate para salsa, los italianos se refieren a unas variedades que consideran específicas para poner en conserva, distintos a los tomates de ensalada. Son tomates tipo pera y la variedad más conocida es la San Marzano, aunque a menos que la etiqueta especifique Pomodoro San Marzano dell’Agro Sarnese Nocerino es probable que sea otra variedad.


Tomates pelados o pomodoro pelati: la primera transformación que se hace del tomate es meterlo en una lata tal y como es, sin piel (pelato = pelado), entero y en su jugo. Los tomates pelados enteros son los más versátiles ya que permiten decidir cómo usar la salsa. Su sabor es crudo, por lo que una salsa hecha con unos pelati necesita un cierto tiempo de cocción.


Tomate triturado o polpa di pomodoro: su proceso de producción es parecido a los pelati, siendo los tomates triturados antes de ser metidos en las latas. Se usan para salsas de tomate más rápidas.


Passata di pomodoro: la passata es el paso siguiente al tomate pelado entero, que después de ser triturado y haber eliminado las semillas es hervido y ligeramente concentrado, luego embotellado y esterilizado. Suele hacerse también con otros tomates (siempre y cuando estén bien maduros), más redondos, ya que al ser triturados no se necesita la firmeza del San Marzano.

Turín y el chocolate: Una historia de amor


La larga historia entre Turín y el chocolate se inicia en 1560 cuando, para celebrar el traslado de la capital ducal de Chambéry a Turín, Enmanuel Filiberto de Saboya sirvió simbólicamente a la ciudad una humeante taza de chocolate.


A través del chocolate, Turín ha sabido manifestar su gusto por la innovación, a tal punto que, a principios del siglo XIX, se experimentó un nuevo método: empastando cacao, vainilla, agua y azúcar, transformaron el chocolate en tabletas y dieron vida a los bombones tal como los conocemos hoy.


Hoy, la provincia de Turín y su entorno son el mayor centro italiano en lo que respecta a la elaboración del chocolate. Las empresas artesanales son las que sacan adelante la tradición chocolatera turinesa.


Los Peyrano son hoy en día la familia que lidera la producción artesanal del chocolate, transmitida de generación en generación desde el abuelo Antonio, auténtico chocolatero de élite de Turín.