Esta cerveza fermenta en la base de la botella. Se la distingue por su poderoso y fuerte aroma a malta, y cuenta con un color fuerte. Desde hace ya más de 375 años se fabrica la cerveza Salvator siguiendo la receta tradicional, que se ha ido perfeccionando con el paso de los años: con una corona de espuma color caramelo, esta cerveza de tonalidad castaña, combinada con su seductor aroma de chocolate, despliega su agradable intensidad en cada sorbo. A ella se le une la malta más fina de Múnich, completada con una ligera nota de lúpulo en el paladar.