Poderoso en la faz aromática, corpulento y denso, despliega aromas de fruta madura.
Un vino de gran complejidad en el que vuelven a aparecer notas de frutas pasas y vainilla. Final muy persistente. En 2001, con esta etiqueta, la familia Giménez Méndez ganó su primera medalla, una medalla de plata en el Concurso Vinalies, París.
Aroma intenso en el que se destacan higos maduros, pasas de uva y ciruela. Seco en boca, elegante y fresco, equilibrado y de agradables taninos maduros fundidos con la madera, ofrece un final largo y promete incrementar sus cualidades como corresponde al mejor en su categoría. Color rojo violáceo profundo. Aparecen también al agitar la copa notas proporcionadas por su crianza en roble que recuerdan chocolate amargo y vainilla. En boca impacta por su concentración y estructura, así como su equilibrio y redondez.